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Texto: Deuteronomio 8:1-5.
Introducción. Los caminos de Dios son perfectos, los caminos de Dios son más altos que vuestros caminos, jamás desde la perspectiva humana uno podría entender los caminos de Dios, solo bajo el poder del Espíritu Santo podemos llegar a entender los caminos de Dios. En Israel aquel pueblo que vio la gloria del Gran Yo Soy cuando fueron liberados por Su mano poderosa. Las Escrituras revelan como el poder de Dios los libertó de la esclavitud, así como hemos sido libertados nosotros. Y el propósito de ese Dios es como en Israel sacarlos de la esclavitud para que le sirvieran en el desierto mientras llegaban a la tierra prometida.
Quiero compartir en este momento algunas verdades espirituales contenidas en el libro de Deuteronomio (Deuteronomio “repetición de la ley”), específicamente en Deuteronomio en su capítulo 8.
Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Escucha las siguientes grandes verdades de la Revelación Divina:
Satanás es el león rugiente.
Está al acecho y busca la presa y tiene la intensión de devorar. 2 Pedro 5:8
Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento: Dios llamó a Israel a una completa obediencia. Esta obediencia debía basarse en recordar lo que el Señor había hecho entre ellos en el desierto.
Para afligirte: Dios afligió a Israel. Por orden de Dios, Israel debía depender completamente de Él. No había nada ni nadie más que pudiera proveerle, guiarlo y protegerlo.
Quiero explicar algo muy fuerte en este punto. Primero que la perfecta voluntad de Dios es exaltar a sus Siervos, a aquellos que por su eterno plan y propósito fuimos llamados, la voluntad de Dios es llevarnos a sus alturas.
Para que eso pueda ocurrir pasarán dos cosas:
Es importante que el creyente aprenda a contentarse e, incluso, a regocijarse en una posición humilde y dependiente.
versículos(3-5)
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
Notemos que el desierto fue la escuela preparatoria para su pueblo Israel.
Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Filipenses 4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Y te afligió: Todo el proceso de enseñanza de Dios comienza aquí. Algunos ni siquiera logran superar este primer paso esencial. Si no somos humildes y no nos permitimos ser enseñados, entonces el resto de la educación de Dios carece de sentido.
En la didáctica divina, puede suceder que ante tu proceso y aun cuando clames derramando todo tu ser, pidiendo ser librados. No serás librado y esto lo enseña la Palabra de Dios.
Que los hombres de fe, no recibieron lo prometido. Esto es un misterio que solo la mente espiritual puede comprender.
Cuando los tres hebreos
Miremos Hebreos 11:34 Dos verdades impresionantes en la esfera espiritual.
Dijo el Pastor Juan Carlos Harrigan en uno de sus mensajes “siempre la solución del problema, está dentro del mismo problema”
búsquelo, estúdielo y analícelo y lo va a encontrar
“porque Dios no va a permitir una prueba, sino esconde la salida en ella”
Podemos entender claramente, que estos códigos del reino espiritual son una realidad para nuestra vida espiritual, y para nuestra caminata por el desierto, mientras llegamos a la tierra prometida.
Te hizo tener hambre, y te sustentó con maná: Un aspecto de la educación en humildad que Dios impartió a Israel fue forzarlos a depender completamente y de manera evidente del Señor. Israel tuvo que confiar en Dios más allá de lo que ellos conocían («que tú no conocías»), y más allá de su propia capacidad.
F.B. Meyer señaló que Dios permite varios tipos de hambre en la vida de su pueblo para enseñarle. Puede permitir un hambre de amor, un hambre de reconocimiento o un hambre de comodidad y facilidad. Estos períodos de hambre son necesarios para disciplinar la vida. Pero gracias a Dios, Él es capaz de satisfacernos; y de acuerdo con sus riquezas en gloria en Cristo Jesús, Él puede y satisfará todas nuestras necesidades». (Meyer)
Para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre: Esta era la lección que Dios quería que aprendieran: no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo de lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Una lección importante: Cuando nuestra vida trasciende el orden de lo natural hacia la revelación divina , no nos defendemos, no peleamos en nuestras fuerzas, no confiamos ni siquiera en nuestros talentos, nuestras capacidades, sino que nos humillamos delante de aquel que por medio del profeta dijo:
Jeremías 9:23-24
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.”
Tristemente, muchos aún viven sólo de pan, enfocados en lo material, en lo que se puede comprar, vender, ganar o poseer materialmente.
Esta declaración es un mandato; pero también es una simple declaración de hecho: no sólo de pan vivirá el hombre. Una persona puede subsistir solo por las cosas materiales, pero no vivirá. Aquel que se enfoca únicamente en lo material y aun así cree que tiene vida, es como un muerto viviente.
Algunos no viven de la Palabra de Dios porque pelean con ella: «El peor uso que se le puede dar a la Biblia es utilizarla como un instrumento para derribar a otros. Fue hecha para que vivamos bajo su guía; no para ser el arma de nuestras controversias, sino nuestro alimento diario, del cual nos regocijamos en vivir». (Spurgeon)
Vivimos de cada palabra que sale de la boca de Dios, no de cada sentimiento que experimentamos. «Nunca has recibido vida espiritual por tus propios sentimientos.
Fue cuando creíste en la Palabra de Dios que realmente viviste; y nunca obtendrás un aumento de vida espiritual ni crecerás en gracia por tus propios sentimientos o tus propias obras. Debes seguir creyendo en las promesas y alimentándote de la Palabra». (Spurgeon)
Nuestro alimento y sustento provienen de la Palabra de Dios, no de nuestros propios sueños o imaginaciones. Si estás más entusiasmado con algún sueño o visión que con la Palabra de Dios, entonces algo está mal. «El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová» (Jeremías 23:28).
Si algo anhelo en lo más profundo de mi ser es que Dios cumpla su propósito en mi vida y que al terminar mi carrera, que no sé a ciencia cierta como serán mis últimos días de mi vida en esta tierra antes de partir a la eternidad para estar con Cristo. Quiero estar seguro de una cosa, que mi vida estará segura en Dios.
Cuando aquella Palabra del Salmo 17:15 se cumpla en plenitud en nosotros “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.”
Quiero recordar las palabras del celebre predicador, llamado “el príncipe de los predicadores” Charles Haddon Spurgeon. |
(Kelvedon, Reino Unido, 19 de junio de 1834 – Menton, Francia, 31 de enero de 1892) fue un teólogo, predicador, misionero, erudito bíblico, escritor y pastor bautista inglés, conocido porque, según la Internet Christian Library (ICLnet), a lo largo de su vida evangelizó a alrededor de 10 millones de personas y a menudo predicaba 10 veces a la semana en distintos lugares. Sus sermones han sido traducidos a varios idiomas y es conocido como el «Príncipe de los Predicadores». |
El dijo estas palabras textual:
El pueblo de Dios debe vivir de cada palabra: «En los lugares donde se cortan diamantes, se recoge el polvo, porque incluso el polvo de diamantes es valioso. De manera similar, en la Palabra de Dios, toda verdad es tan preciada que, incluso, la más diminuta, si tal cosa existiera, sigue siendo como polvo de diamante, indescriptiblemente preciada». (Spurgeon)
Decía Spurgeon
Encuentren vida en cada palabra que sale de la boca del Señor. «Manténganse en la Palabra, hermanos míos, guárdenla. Absórbanla en su alma; nunca pueden tener suficiente de ella. Aliméntense de ella día y noche, porque así Dios les dará la vida que es verdadera vida». (Spurgeon)
No sólo de pan vivirá el hombre: Este fue el pasaje de las Escrituras que Jesús le citó a Satanás en el desierto, cuando fue tentado a convertir las piedras en pan para alimentarse después de un largo período de ayuno (Mateo 4:3-4). Jesús sabía que la vida no solo se sustenta con comida, y que su ayuno, guiado por el Espíritu y fundamentado en las Escrituras, le proporcionaba la vida que el pan milagroso, en esa circunstancia, no podía darle. Por lo tanto, Jesús rechazó usar el poder divino para algo que, en ese momento, era innecesario y centrado en sí mismo en lugar de en su Dios y Padre.
«Nuestro glorioso David tomó esta piedra suave y brillante del claro y plateado arroyo de las Escrituras, y la lanzó contra la cabeza de Goliat, un ejemplo para nosotros de que debemos enfrentar las tentaciones con las armas de las Escrituras, no con las palabras o tradiciones de los hombres». (Spurgeon)
Cuando Jesús apeló a la Palabra de Dios (Mateo 4:4), se refirió a su forma escrita, no a un mito o tradición oral. Para Jesús, la Palabra de Dios era la escritura divinamente inspirada.
En cierto sentido, el tiempo que Jesús pasó ayunando en el desierto (Mateo 4:1-2) fue un período en el cual Él se humilló, obligado en su humanidad a depender aún más de Dios Padre. A diferencia de Israel, que no siempre respondió bien a Dios en tiempos de necesidad y dependencia, Jesús siempre lo hizo.
La comida es un regalo de Dios que debemos recibir con gratitud, santificándola con la Palabra de Dios y la oración (1 Timoteo 4:4-5). Sin embargo, las Escrituras son claras al reprender a aquellos que se entregan a su propio apetito (Romanos 16:18), indicando que la satisfacción del estómago puede convertirse en un ídolo al que sirven (Filipenses 3:19).
Tu vestido nunca se envejeció sobre ti: Dios hizo más que proveerle milagrosamente maná y agua a Israel. También preservó sus vestiduras y cuidó de sus pies en el desierto. La notable, bondadosa y generosa provisión de Dios para Israel fue una prueba innegable de su gran amor por ellos. Esto significaba que cuando Dios disciplinaba a Israel, lo hacía con el propósito de instruirlos y entrenarlos, no simplemente como una muestra de ira.
Deuteronomio 8:6-10.
Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
En las Escrituras encontramos que hay promesas condicionales y promesas incondicionales. Una de las promesas incondicionales por ejemplo, es cuando Dios le promete a Abraham un hijo.
Génesis 15:1-21. Dios renueva el pasto con Abram, prometiéndole muchos descendientes (v. 5; 12:2). Por increíble que la promesa de Dios parezca, Abram cree (v. 6) y se convierte en padre espiritual de todos los que creen en las promesas de Dios (Rom. 4:16).
La obediencia a menudo se considera un camino hacia la recompensa, tanto en contextos seculares como religiosos. En la práctica, la recompensa prometida puede variar dependiendo del contexto y de las acciones específicas que se están considerando.
En contextos religiosos, como en la Biblia, la obediencia a menudo se asocia con bendiciones y recompensas divinas. Por ejemplo, en Deuteronomio 28, se describen las bendiciones que vendrán sobre aquellos que obedezcan a Dios. Estas bendiciones pueden incluir prosperidad, protección y éxito en diversas áreas de la vida. En el Nuevo Testamento, se habla de la recompensa de la vida eterna para aquellos que perseveran en la fe y la obediencia. Sin embargo, es importante destacar que algunos creen que la obediencia en sí misma es la recompensa, ya que trae paz, felicidad y una relación más íntima con Dios.
CONCLUSIÓN.
Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios: Si Israel ponía cuidado en cada palabra que procede de la boca de Jehová, entonces el Señor se encargaría de todas las cosas materiales y los llevaría a una tierra abundantemente provista de agua, fértil y rica en preciosos recursos naturales.
Jesús obedeció al Padre, miremos
Hebreos 10:5-7.
“Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.
Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.”
Pastor en la Iglesia Evangélica Profética Peniel en s Teresa, Apopa